miércoles, 27 de agosto de 2008

Tu a Moscú y yo a Washington... O al revés

Resulta interesante lo populares que se están volviendo los procesos secesionistas. Si alguien se opuso a los proyectos de secesión con el argumento de que ya no estaban de moda, creo que estaba muy equivocado.

Como dice mi amigo Josetxo
Si te gusta el modelo Kosovo, a Washington; si te gusta el modelo Osetia, a Moscú...
Hay para todos. En general todos estos procesos tienen una base en un mal arreglo en la propia comunidad. Desde luego tanto en Kosovo como en Osetia hay problemas reales. Pero para que revienten necesitan también un interés específico secesionista de alguna gran potencia. Poco suelen tener que ver con conceptos de derechos nacionales, "pueblo" o autodeterminación. Eso solo forma parte de la pirotecnia ideológica que se maneja para ocultar lo que fundamentalmente es que un episodio de la lucha, con países y secesiones interpuestas, de las grandes potencias.

En los años 40, el PNV soñó con la invasión americana que consolidaría el Gobierno Vasco independiente. Alguno en ETA o en HB, hace ciertamente bastantes años, soñó con una Guerra Mundial de donde, de entre sus cenizas, surgiría el Ejercito Vasco de Liberación Nacional. Hoy todo esto está lejos del imaginario práctico nacionalista. Sin embargo se atreven a poner a Kosovo y Osetia del Sur como ejemplos positivos.

No se dan cuenta, o no quieren, que las secesiones no son necesariamente ejemplos positivos de mejoras o avances. Más bien suelen ser la constatación de un fracaso de convivencia. Y también un ejemplo de como las grandes potencias pueden, si les interesa, azuzar sin freno cualquier conflicto de identidades.

Resulta curioso ver como este asunto de las dos varas y dos medidas, que caracteriza las posiciones de EEUU y Rusia respecto a Kosovo y Osetia, llega a todo tipo de ideologías. Véase por ejemplo la posición de muchos "abertzales de izquierda" ante los confictos autonómicos de Bolivia. Resulta que apoyan a Evo Morales frente a los gobernadores "autonómicos". Y si miramos al Gobierno de España se opone al desmembramiento de Georgia y Servia, pero no le parecen mal las reivindicaciones autonomistas de Bolivia.

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