martes, 26 de agosto de 2008

Gobernador ¡Bobo!

Yo también estuve en las inundaciones del 1983 de las que ahora se celebran los 25 años. Recuerdo por supuesto, el barro pegagoso y un hedor que jamás he vuelto a oler, aunque estoy seguro que, si se me presenta algo mínimamente semejante, lo recordaría sin lugar a dudas.

La prensa ha destacado el impulso desinteresado de miles de voluntarios, cuya espina dorsal eran las comparsas. Fueron momentos emocionantes e incluso eficaces. Protección civil no estaba preparada para afrontar un desastre semejante. Entre otras cosas porque el concepto de protección civil era demasiado moderno para aquellos tiempos. Las instituciones, unas más, otras menos, se incorporaron al esfuerzo. Pero para cuando llegaron ya estaban los voluntariosos voluntarios trabajando. Primero llegó el alcalde, el capitán Robles que optó por considerar suyos a los voluntarios, También llegó la ayuda del Ejercito. Pero yo no puedo olvidar la actitud del entonces Gobernador Civil Julián San Cristobal Iguarán. Percibió que los voluntarios eran una fuerza ajena e incontrolable y eso le hizo considerar que era un peligro. Por eso, cuando le pedíamos material para seguir trabajando, nos llamó, con gran diplomacia política, "Vagos e hijosdeputa". Contestamos con una pegatina que describía la situación: Gobernador ¡Bobo!

No es solo mi opinión. José Luis Gancedo, que veía las cosas desde otra posición, pues por aquellas fechas era el Jefe de Prensa de una incipiente Protección Civil, dependiente del gobierno central, describe así la situación
Fueron momentos de vivencias trágicas y escenas dantescas que todavía hoy perduran en mi retina. Con un Gobernador Civil impresentable (Julián San Cristobal Iguarán) soberbio y dictador que pretendia ser el foco de atención y catalizador de todas las actividades, ninguneando e ignorando al propio Lehendakari, Carlos Garacoichea, y al entonces alcalde de la Villa, José Luis Robles. Se sentia capitán de tropa con órdenes ilógicas y sin experiencia alguna, a las Fuerzas de Seguridad del Estado, Guardia Civil, Policia Nacional, Policia Local y la joven policia autonómica.
Hoy nadie habla de Julián San Cristobal. Ni los nacionalistas quieren recordarle, pues empaña el momento, ni tampoco los miembros del partido al que pertenecía, que por supuesto abandonó. Julián San Cristobal apuntaba maneras y las demostró. Fue uno de los implicados en los asuntos de GAL, tanto en su aspecto asesino como en el de desfalcos. No solo era bobo, era también mala persona. Entonces no lo sabíamos.

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