Al parecer los responsables de la fiesta pensaron que tal vez no iba a quedar bien en la televisión y decidieron realizar al menos un minuto de secuencias por ordenador, para asegurar la belleza del espectáculo pirotécnico.
También la niña que cantaba era "falsa". La voz era de otra niña. El problema que había es que la niña cantante era ... fea. Así que dicho y hecho, pusieron una guapa. Así lo explicaba Chen Qigang quien hizo de director musical:
"Era una cuestión de interés nacional. La niña tenía que aparecer ante las cámaras, debía ser expresiva...Queríamos dar una imagen perfecta y pensamos en lo que sería mejor para la nación"También Chen reconoció que la petición de reemplazar a la menor fue hecha por uno de los máximos dirigentes del Partido Comunista Chino.
Los regímenes dictatoriales siempre se han mostrado partidarios de engañar sin ningún tipo de precaución y con mucho descaro. Ahí están las fotos de la revolución rusa donde los sicarios de Stalin iban borrando ( y Photoshop no estaba inventado) la caras de Trostky, Kamenev, Zinoviev, etc ... según iban siendo declarados enemigos del pueblo. O las declaraciones de Franco en el sentido de que "habían sido los 'rojos' quienes bombardearon Gernika". No les importa negar lo evidente, pues en su posición de dictadores, son ellos los creadores de la realidad.
Parece que en China también tienen esa lógica. No se contentan con prohibir el acceso a determinadas páginas web (con la lamentable colaboración de google). Han establecido una campaña interna para que en las zonas con contacto con los turistas dejen algunas costumbres nacionales como el escupitajo. No, por supuesto, por higiene, sino porque resulta feo para los occidentales. Es ese contexto ¿qué es lo que nos puede extrañar del fraude de la ceremonia de inauguración? La pregunta de todas maneras es ¿No debería haber sido prohibida la ceremonia por doping?
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