domingo, 21 de diciembre de 2008

Banderas

Cuando se habla de lo que algunos llaman crisis del PNV se suele contraponer a Ibarretxe con Urkullu. Tan pronto interviene Ibarretxe ,Urkullu tiene otra declaración en la que contradice frontalmente lo que dijo el Lehendakari, mientras en otra parte de su exposición dice cínicamente que lo que dice no está en contradicción con lo que dijo Ibarretxe, aunque también afirme que "él ha dicho lo que ha dicho". La verdad es que Urkullu es un poco retorcido.

Similares justas dialécticas suceden entre Izaskun Bilbao y Joseba Egibar. Izaskun Bilbao es una persona exquisita con lo institucional. Tal vez piensa que el Parlamento Vasco tiene demasiadas pocas competencias, pero ese no es su afán de hoy. Sabe que desde el Parlamento Vasco se pueden hacer muchas cosas, sabe que el Parlamento es una institución a la que ha costado mucho llegar, sabe que es lo que hay y sabe que no es una institución despreciable.

Egibar siempre tiene una versión del pase foral en su cabeza. Por una parte considera lo que dice la legalidad. Luego considera lo que quiere el pueblo vasco (que coincide más o menos con lo que piensa él). Si las dos cosas entran en contradicción, se les aplica su versión de pase foral, es decir se hace lo que quiere Egibar.

El último conflicto ha surgido al acordar la mesa del Parlamento que ondeen en el exterior tanto la bandera española como la ikurriña vasca. Con esta decisión se limitan a acatar la decisión que tomó el Tribunal Supremo.

Muy probablemente la bandera española no es la bandera que más le gusta a Izaskun Bilbao. Pero estoy seguro que la Presidenta del Parlamento Vasco sabe que esa bandera es una bandera querida para muchos vascos y sabe por tanto que debe ser respetada. Encima la ley le dice que tiene que hacerlo.

Egibar quiere enredar, probablemente quiere poner en una situación incómoda a la Presidenta. No parece que sean de la misma corriente del partido. Espero que Izaskun Bilbao aguante el empujón y se ratifique en su decisión.

1 comentario:

gsantamaria dijo...

Lo cierto es que una persona, digamos, tan poco talentosa como Egibar, en cualquier empresa o corporación de carácter no endogámico hubiera durado dos telediarios, literalmente.

En fin, el problema es para quienes tienen que aguantarlo.