Recuerdo de Eva Dolado II
Así despidió
Santi a
Eva.
Felicidad y sonrisas. ¡Qué paradoja en este día! Pero tienes razón. Aunque nos lo pida el cuerpo, no debemos despedirte con tristeza. No sería justo, no haríamos honor a tu memoria. Supiste, en todos estos años, guardarte para ti los malos momentos y repartir alegría y sonrisas. Todos te seguíamos el juego. Sabíamos, últimamente, de tu vida frágil, pero con unos chistes era mucho más llevadera. Has sido alegre aunque en épocas, la procesión te fuera por dentro. En tu cuadrilla de Txomin Barullo, del Casco Viejo, del Caserío de Orozko has repartido alegría y risas con generosidad, a manos llenas, a mandíbula batiente. ¡Cuánto nos hemos reído juntos! Y eso sí que nadie nos lo puede arrebatar.
En Txomin Barullo, vestida de lamé y boa de plumas, has sido cien veces la Reina del Cabaret. Pero tú sabes, Eva, que el estrellato tiene un precio.
Lo siento, cariño, pero en la función, la vedette, no puede fallar y el espectáculo debe continuar.
Ya sabes, Eva, que ya, nada es lo que era, y lo poco que rinde la pasarela.
¡Que menos te merecerías que una Orquesta de Cincuenta Violines Sentimentales bien afinados, unos telones de terciopelo rojo, muchas luces y espejos y en el centro, una gran escalinata dorada, para que hicieras un descenso magnífico, ¡La Dolado en todo su esplendor,con 20 boys abriéndote paso en actitud reverencial!.
Pero es lo que hay, Eva, poco atrezzo, mucho cariño y buenos recuerdos.
Señoras y Señores, que las lágrimas y la congoja se queden en su sitio, bien ocultos, oprimiendo el corazón y ¡arriba el telón!
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