Esta es una de las frases que dijo Maite Pagazaortundua en el Foro Nueva Economía. Con ello no quería decir que que lo único que justificaba los fines fueran los medios. Lo que decía es que los fines debían ser justificados por los medios. Es decir, que si no se cumplía esa condición necesaria pero no suficiente, el fin no estaba debidamente justificado.
La tarea de deslegitimación de la violencia en la palabra fue uno de los temas que trató y que a mi me gustaría destacar. Así arremetió con mucha precisión contra ese "lenguaje salido de algunos laboratorios semánticos", ese lenguaje que predica "posturas angelicales frente a los fanáticos", que evita hablar en concreto de ETA y de las víctimas de ETA y que prefiere hablar de "la violencia en general", eludiendo las palabras que duelen. En definitiva un lenguaje que recomienda tener paciencia, ser tolerantes con los intolerantes.
Maite piensa que esa no es la manera de actuar, que con ello se favorece la hegemonía de las ideas intolerantes y esencialistas. Dice que hay que enfrentarse, que como en tantas cosas "lo barato sale más caro" al final. La actitud deslegitimadora se propagará si se pone por delante la ética delante de la política, si se crea liderazgo sobre ello.
Para combatir las ideas esencialista e inhumanas Maite propone "oír directamente las vivencias de las víctimas", cree que "La empatía con las víctimas puede limpiar ideas tóxicas". Cree que esto puede llevar a mucha gente a entender, qué es lo que ha sucedido en estos últimos años, porque "la gente deberá aceptar su pasado de manera consciente".
Un ejercicio que propuso es pensar en este país, desde fuera, "pensar como si fuéramos suecos, así veríamos las cosas de otra manera".
Fue un encuentro reconfortante. Dijo muchas más cosas, pero las contaré otro día.
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