Las distancia física a mantener entre personas es algo de raíz cultural. Tocarse puede ser de malísima educación en unos lugares y no tocarse puede serlo en otros. ¿La mano o un beso? ¿Simplemente una inclinación de cabeza? ¿Uno, dos o tres besos? Sarkozy y Merkel provienen de culturas del saludo muy diferentes y esto ha permitido que el periódico suizo Le Matin haya publicado un artículo donde habla de las molestias que Angela siente ante las atenciones de Nicolas.
El artículo tiene un cierto grado de verosimilitud, pues las culturas del saludo, entre una alemana del este protestante y un volcánico mediterráneo, tienen señaladas diferencias. Sin embargo la cancillería alemana ha desmentido oficialmente que haya habido protestas diplomáticas. Independientemente de lo que sientan por dentro, lo cierto es que en las fotos no parecen incómodos. Juzgen ustedes.
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