Esta frase terrible la pronunció Antonio Moreno en las Jornadas de víctimas de ETA que celebró en Bilbao, Gesto por la paz. Antonio, agente de la Guardia Civil, el 7 de Noviembre de 1991 montó en su coche con sus dos hijos mellizos. Una bomba estalló en el coche llevándose la vida de su hijo Fabio.
Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias 'Gadafi' fue condenado por este crimen. Durante el juicio tuvo una conducta patética golpeando varios minutos la cabina blindada desde donde asistía al mismo.
Antonio explicaba, cómo el hecho de que su hijo fuera mellizo ha supuesto que su hermano vivo haya estado toda su vida de testigo viviente, recordando a su familia al hermano muerto. Todo cumpleaños era también el recuerdo del hijo que faltaba. Antonio explicó con gran entereza las dificultades para hacer entender a su hijo que el odio no debía guiar su conducta. Señaló que podía perdonar, pero que nunca podría olvidar.
Mientras, Gadafi, lo que es la vida, ha tenido un hijo con su compañera, ambos presos en la cárcel de Picassent (Valencia). Tal vez este hijo le haga ver y tal vez comprender el daño que hizo.
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