Pensamos que había que haber seguido con los acuerdos de Loiola, porque la garantía de que esos acuerdos se cumplan están en las dinámicas políticas que se generen al ir dando pasos y avanzar en un proceso de paz, en las dinámicas e ilusión que se creen en la sociedad y no en el supuesto papel de garante que la organización armada pueda aportar en este sentido.Me temo que puede haber más de un miembro o simpatizante de Batasuna que se esté moviendo en las mismas coordenadas. Gentes a las que les gustaría publicar e intercambiar opiniones semejantes. Pero saben que hacerlo pueden tener consecuencias. Hoy no hay un debate libre dentro del mundo de Batasuna. Es muy fácil que alguien que se desvíe se quede con el letrero de traidor. Ya se sabe aquello que se decía de los partidos comunistas...
Fuera del partido no hay salvaciónSe me ocurre que un espacio en la red, donde se pudieran encontrar gentes de la sensibilidad batasuna, guardando su anonimato, sería positivo. Sería una herramienta para la evolución. Cuando un grupo no tiene donde y como discutir son sus llamados principios (muchas veces pura retórica) quienes determinan su conducta.
La llamada dispersión de presos supuso en su día facilitar el debilitamiento de las férreas estructuras de presos. Tal vez ahora esté facilitando justo lo contrario: que las opiniones no progresen. Gisasola y Urrosolo así lo creen.
Por último, decir que estamos convencidos de que si los presos hubiéramos estado, como en Irlanda, agrupados en las cárceles de Euskal Herria, también aquí se habría producido y materializado esa reflexión que allí les llevó a priorizar el camino de la negociación y el acuerdo.Es ciertamente una opinión interesada, pero tal vez tengan razón.
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