Dejemos aparte el malestar que me produce que sea Rajoy quien haya acertado el resultado (Zapatero 3-1, más compasivo, pero no acertó). No digo nada sobre lo que me espera oír mañana mismo: Sobre la suerte que nos da la camiseta oro. Sobre el hecho de que era la mera España quien ocupaba el estadio: la camisetas rojas rusas (que no soviética) junto con las gualdas de la selección lograban que el estadio austriaco fuese un auténtico marco incomparable. Me ahorré la visión de Manolo el del Bombo, pero le supongo chupando cámara sin piedad. La descripción del segundo tiempo como una hazaña comparable al vuelo del "Plus Ultra" me la imagino ocupando mañana paginas en los periódicos. Ya lo he dicho una victoria española tiene un gran pasivo.
Pero a mi me agrada, alharacas aparte, que ganen. Y en esta ocasión tiene además un valor añadido. El señor Urkullu, haciendo de una cuestión de preferencias personales, sentimentales e íntimas un asunto político, ha declarado que prefería que ganase Rusia. Bueno, pues ha tenido, por su propia mala cabeza, una derrota politica. ¿Y el Lehendakari? No se si ha hecho declaraciones, pero no puedo evitar que mi imaginación me lleve por derroteros, por otra parte bastante probables. Sinceramente no le veo al Lehendakari celebrando el triunfo de "la roja" (hoy oro). Pero es que además es que ha ocurrido en un día muy inoportuno. ¿No les parece que, desde el punto de vista del Lehendakari, no hubiese quedado mejor una derrota de España, el día que se va a aprobar (tal vez) la famosa consulta?
No sé si se aprobará la consulta o no. La lógica de ETA es inescrutable. Se admiten apuestas. Yo digo que se va a aprobar con un voto de ANV. Pero si no acierto considero que muy pronto estableceré la teoría contraria que justifique lo sucedido
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