La verdad es que me gusta que la selección nacional española gane partidos. Sin embargo, he de reconocer que al mismo tiempo me produce una gran incomodidad. Cada uno tiene sus traumas pero yo no puedo librarme de mi profesor de historia en el bachillerato, Facundo Pelitos le llamábamos. Nos predicaba aquello del esplendor de Carlos I y Felipe II y el tobogán hacia la decadencia por el que había discurrido la historia de España desde entonces.
Después de una victoria de la selección, como la de ayer, y luego de oír a los siempre emocionados comentaristas, se me aparece el mismísimo Don Facundo. Le veo congestionado diciendo cosas tales como que "ya era hora que diésemos una lección a esos italianos que fueron tan flojos durante la guerra civil" (En la versión de la guerra civil que "nos trasladó" Facundo Pelitos la única batalla ganada por los "rojos" fue la de Guadalajara) o que "ha sido una gesta comparable a la de Indibil y Mandonio"
Pero lo peor no es esto. Lo peor es ver a todos los comentaristas convertidos en auténticos Facundo Pelitos hablando "del heroísmo de Casillas y de la frialdad y lucidez del gran Cesc" mientras aparecen unas imágenes de Manolo el del Bombo o de unos energúmenos pintados de cintura para arriba y tocados con una montera de torero o un tricornio de la Guardia Civil.
De todas maneras, por supuesto que me gustó Iker Casillas. Por otra parte Iker me trae la melancolía de aquella época, en la que decir que uno era vasco provocaba en el resto de españoles una primera reacción de simpatía. Hasta tal punto que había gente que incluso ponía a sus niños nombres vascos.
1 comentario:
Anímate, Thooby, que ya no hay crisis, ni paro, ni hipoecas... Y como encima ganemos la Eurocopa, ni te cuento...
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