Ahora también hay tareas para la sociedad civil. La llegada de Bildu parecería que hubiera producido una cierta anestesia social. Para algunos Bildu es quien ha traído la paz:
Las fuerzas del Estado, que no dejaban respirar a ese mundo, no han tenido más remedio que hacer caso al clamor popular y legalizarles. Batasuna que estaba deseando romper con ETA tiene ahora la posibilidad de hacerlo.Pero no es así. Batasuna ha sido legal muchos años y no había asomo de que dieran pasos hacia la paz. Eran legales y mientras, difundían lo que les daba la gana, por ejemplo aquello de "socializar el sufrimiento" y otras lindezas. Tuvieron muchas oportunidades para aparecer pacíficos, pero en vez de eso se limitaban como mucho a lamentar que hubiese asesinatos. Solo cuando la combinación de detenciones, ley de partidos, encarcelamientos, unido a una mayor extensión del sentimiento popular de que el terrorismo era inasumible se han visto obligados a hacer las actuales proclamas pacifistas.
Sin embargo la secuencia de actuaciones judiciales (que puede proseguir con la sentencia Bateragune) ha dibujado un escenario bastante confuso. Las decisiones judiciales han aparecido ante la ciudadanía como dubitativas y sometidas a presiones. Las dos doctrinas jurídicas que manejaban, tanto los miembros del Supremo o del Constitucional, eran o bien más importancia a los derechos ciudadanos o más importancia a la defensa de la seguridad del estado. Esto se ve muy claro en la lectura de las sentencias y votos particulares. Pero estar con una doctrina jurídica u otra tiene mucho de opción ideológica. La ley de partidos ha puesto a los jueces en la tesitura de tener que utilizar sus ideas políticas para decidir si tirar para un lado o para otro. Además el control de los tiempos estaba encorsetado por las normas jurídicas. Así lo que debería haber sido un triunfo neto y claro de las fuerzas democráticas, ha quedado oscurecido por la enorme campaña electoral creada por los jueces y todo el circo alrededor.
Pero es ETA quien se ha visto obligada a ceder. Txeroki uno de sus activistas más asesinos ha dicho muy contundentemente que "La lucha armada no procede" y que "Lo mismo que hemos estado cincuenta años con la estrategia de la lucha armada, ahora toca cambiar de estrategia, quizá por otros cincuenta años". Por supuesto que no hay ni rastro de condena moral de la violencia de ETA. Más bien es lo contrario: "antes si que procedía".
Otegi en el juicio Bateragune ha dejado claro que no quiere tener nada que ver con ETA, aunque al tiempo ha reconocido que antes sí que tenía que ver. También ha dicho que la violencia política no es eficaz. De este juicio tendremos que hablar más, pero lo que queda claro es que son ellos Txeroki y Otegi los que se han visto obligados a cambiar.
Luchar porque quede claro un relato claro de lo que ha sucedido. Que haga honor a la víctimas. Que haga sentir a las nuevas generaciones que la violencia y la intolerancia no lleva a ninguna parte buena y que son éticamente rechazables. Que Otegi y compañía están empezando ahora a pensar en democracia. pero que durante muchos años han pensado en término de pistolas y necesitan un periodo de aprendizaje para ser demócratas. Todo esto son tareas que también corresponden a gobiernos y partidos, pero lo fundamental es que la sociedad civil y la ciudadanía se implique y no quiera aplicar el olvido a lo que ha pasado.
Imagen de TakingITGlobal
2 comentarios:
Demócratas? es posible serlo cuando se viene de donde se viene?
¿De dónde venía Mario Onaindia? ¿Y Jon Juaristi?
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