Cada vez que veía un trozo de Cuéntame, entero nunca lo conseguía, se me llevaban los demonios. Sentía que me robaban mi pasado. En Cuéntame se presenta una versión edulcorada de la dictadura. El ambiente asfixiante de aquellos tiempos desaparece presentando una autentica dictablanda. Ahora he visto otro ejemplo, esta vez burdo, la biografía de Franco que aparece en el Diccionario Biográfico Español.
Ahora en el País Vasco se quiere perpetrar otro robo de memoria y esta vez delante de nuestras narices. En un interesante artículo de Luisa Etxenike titulado Sin interruptor de memoria se habla de los nuevos ladrones de memoria de la Izquierda Abertzale. Quieren mirar al futuro sin mirar para atrás. Es una actividad estéril dicen.
Véase la actuación de ayer de Otegi. Muy clarita. No queremos saber nada de ETA. Porque la violencia no sirve. Pero ¿el pasado? eso hay que olvidar.
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