Buena parte de las discusiones sobre las elecciones vascas versan sobre quien las ha ganado y sobre las diferentes acepciones de la palabra ganador.
La acepción más corriente es que ganó quien se constituya como minoría minoritaria. Así pasa en algunos sistemas electorales como el nicaragúense. Quien tiene esa minoría mayor pasa a ser directamente presidente. Poco le importa a Daniel Ortega que solo haya tenido 38% de los votos. La mayoría parlamentaria nosandinista no tiene derecho, desafortunadamente, a destituirlo. Su sistema se llama presidencialista (lendakárico). Aunque es posible que en el caso de ese país se debería llamar caudillista. En ese caso, como Ortega, habría ganado Ibarretxe.
En el caso de un régimen parlamentario las cosas funcionan de otra manera. El sistema parlamentario deja lugar para el multipartidismo. Y precisamente por ello, tiene como virtud el que las opciones, digamos centristas, puedan tener el gobierno y por tanto ganar las elecciones gracias a las alianzas que pudieran hacer, aunque no sean la minoría minoritaria . Así que aquí quien gana es quien tiene suficientes votos para la investidura.
Los sistemas como el D'Hont o el hecho de pedir un mínimo de un 3% castigan a los partidos minoritarios y este recorte puede variar la imagen. En nuestro caso el uso de un sistema de resto mayor variaría el resultado porque serían PNV 27, PSE 24, PP 12, Aralar 5, EB 3, EA 3 y UPD 1 . Curiosamente habría menos distancia entre PNV y PSE, solo tres escaños. Quien decidiría la cuestión sería EB que, si se abstuviese, daría la Lehendakaritza a Patxi López. Y si, por el contrario, aporta su voto al PNV se la daría a Ibarretxe.
Seguramente la distorsión más grande se produce por el hecho de que un voto alavés es mucho mayor que uno vizcaíno. Pero eso, tan injusto, no lo quieren cambiar ni el PNV, ni el PSE.
Digo todo esto porque el concepto de ganador va unido a el procedimiento que se utilice, así es en democracia. Eso de "hemos ganado" pasando del procedimiento establecido no tiene ningún sentido. No se sabe quien ganó en Florida, si Bush o Gore, pero había un procedimiento por el que se decidió que había ganado Bush. Lo mismo ocurre con el escaño 25 hay un procedimiento por el que se ha determinado que de momento (el procedimiento no ha terminado) ese escaño es del PSE.
No hay que olvidar que esto de los votos viene a resolver el viejo problema de "no se que hacemos hablando cuando podemos resolver esto dándonos de ostias" Primero fueron los combates singulares y los torneos y luego vino la democracia en sus diferentes versiones. Así que dejemos eso de que "he ganado pero no gobierno". Si no gobiernas "no has ganado", al PNV para ganar le hubieran servido los mismos votos, pero tendría que haber hecho otra campaña electoral. Una campaña menos frentista.
1 comentario:
Se te olvida mencionar la ilegalización de un partido. La comparación más idonea con un pais sudamericano seria Venezuela ya que en ese pais, los que mandan, también utilizan leyes para influir en las urnas. En las últimas elecciones se recogieron 592.000 votos nacionalistas vascos y 482.000 votos españolistas. El reparto de escaños por ley d´Hont hubiera dado 28 escaños al PNV votos; al PSE 23 y al PP 11 escaños. A D3M 7 escaños.
Por su parte, Aralar lograría 4 escaños; EA un parlamentario; y UPyD otro escaño. EB se quedaría sin representantes en la Cámara de Gasteiz, tras lograr 36.134 votos.
Esto es lo que ha votado la sociedad vasca. Este deseo de la sociedad vasca queda desvirtuado por una ley que se ha aplicado en cada consulta electoral dependiendo de los intereses electorales de PSOE y PP. Permitiendo a veces la presencia en las urnas de la izquierda abertzale, a veces prohibiendola y otras veces dejandoles presentarse depende de en que ciudades, en unas si y en otras no, culminando el desproposito.
Como la sociedad vasca no les ha dado la mayoria absoluta, sino que esa mayoria les viene dada por una ley que ellos mismos escribieron y que utilizan segun sus intereses, el unico analisis valido es que Euskadi se encuentra ante la encrucijada de un gobierno ilegitimo.
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