Conceptualmente el mayor problema es que propone un gobierno transversal y resulta que su aliado necesario, el PP, lo que le gustaría es un gobierno marcadamente frentista. Patxi López propone un gobierno en el que incluiría personalidades nacionalistas. Pero muy probablemente no serán públicas hasta el momento en que la investidura sea un hecho. Una persona nacionalista que se manifieste apoyando a un gobierno de Patxi López lo tendría muy difícil profesionalmente si luego la cosa sale mal.
De hecho el juego principal del PNV en este momento es intentar que, o bien el PSE tenga que pagar un precio alto al PP por su apoyo o que el PP piense que como después de la investidura el PSE no va a contar con ellos mejor no apoyarle.
Por su parte el PP tan pronto dice que va a dar el apoyo al PSE gratis como lo contrario. Sin embargo, parece difícil que el PP no acabe apoyando.
Pero luego quedaría lo más gordo, gobernar. ¿Va a ser Ibarretxe el jefe de la oposición? No parece que en esas circunstancias pueda el PSE romper el frentismo. ¿Se (lo) retirará(n) Ibarretxe? En ese caso puede que haya más posibilidades. En todo caso el Parlamento Vasco se va a convertir en un infierno.
No hay que olvidar tampoco que buena parte de altos (y bajos) funcionarios del Gobierno Vasco deben su puesto y ascenso al PNV. Así el PNV tendría información puntual de los pasos de un gobierno socialista. Lo que es claro es que el gobierno de Patxi López será un gobierno transparente. Por contra un gobierno socialista tendría en su mano la información sobre diversas chapuzas del PNV que irán descubriendo poco a poco.
Patxi López seguramente no va a tener 100 días de gracia.
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