lunes, 9 de marzo de 2009

Salvemos la hospitalidad

El art. 53 c) del Anteproyecto de modificación de la Ley de Extranjería sanciona como falta muy grave con la multa de 501 a 30.000 euros “a quien promueva la permanencia irregular en España de un extranjero. Se considera que se promueve la permanencia irregular cuando el extranjero dependa económicamente del infractor y se prolongue la estancia autorizada más allá del plazo legalmente previsto”.

A mi me parece una barbaridad y nada propia de un gobierno socialista. Se está penalizando la hospitalidad sin más. Entiendo que haya leyes que sean neutras desde el punto de vista ético. Leyes que pretenden por ejemplo una mejor organización de las cosas. Pero este artículo del anteproyecto se pone en el otro lado, penaliza comportamientos éticos y solidarios y eso es muy grave en una sociedad en la que no está nada claro que camine a un mayor aumento de las prácticas solidarias.

Un grupo de personas, entre los que se encuentran el catedrático de Derecho Julián Carlos Ríos, los sacerdotes José Luis Segovia, Daniel Izuzquiza, Javier Baeza, el juez Ramón Saez Valcárcel, el actor Guillermo Toledo y el fiscal Félix Pantoja impulsa una campaña ante esta reforma de la Ley de Extranjería que contempla sancionar la hospitalidad.

Han redactado un manifiesto que proponen a la firma en la que se propone entre otras cosas:
  1. Que hemos constatado, después de tantos años acogiendo y acompañando itinerarios vitales de personas en situación de extrema vulnerabilidad personal y social, el valor de la solidaridad y la convivencia en nuestros domicilios como forma concreta de expresión de corresponsabilidad humana y social con aquellos que no tienen los mínimos de supervivencia –casa, pan y trabajo-.

  2. Que una parte significativa de la responsabilidad de la miseria en que se hallan los pueblos de origen de quienes tiene que migrar a España está provocada por procesos históricos y políticas económicas y colonizadoras (y descolonizadoras) de los Estados del denominado Primer Mundo, que mantiene intereses en el sostenimiento de regímenes no transparentes ni democráticos en el Tercero (incluida, por cierto, la venta de armas y el tráfico de personas).

  3. Que el principio de solidaridad para con los más desheredados del mundo es un elemento ético de legitimación en una sociedad que se denomina democrática, que considera que los bienes de la tierra tienen un destino universal y que ni la propiedad ni las fronteras pueden tener un valor absoluto ante la miseria del prójimo y su derecho a sobrevivir.

  4. Que el Estado español pierde toda legitimidad ético-jurídica cuando legisla contra el contenido esencial de los Derechos Humanos, despoja de todo tipo de ayuda material a las personas en situación irregular y pretende intimidar con graves sanciones a quienes ejerzan la hospitalidad y el cuidado del otro.
Más información en esta web y también podéis descargaros el manifiesto completo

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