Bueno, el Papa se está luciendo en Africa con eso de que el uso del preservativo favorece la difusión del SIDA. Pero quiero referirme a otra cosa, a algo que que también pasa en Africa, concretamente en Egipto. También tiene que ver con intolerancia y religión.
En Egipto hay un 10% de la población que son cristianos coptos y que por tanto no son musulmanes. La constitución egipcia garantiza en principio la libertad de cultos, pero de hecho hay restricciones a la libertad religiosa. Empecemos por que en el documento de identidad figura la religión. Si los padres de uno son cristianos le pondrán cristiano en el carnet. Y si son musulmanes, musulmán. ¿Qué pasa si un cristiano se convierte al islam? Ningún problema, uno va a las oficinas de documentos de identidad y le cambian el carnet. Bien, ¿Y al revés? bueno, es diferente, de momento no se puede hacer. ¿Razones? Aunque la constitución lo permite, la sharia lo prohibe. No solamente lo prohibe. En principio lo condena y con la pena de muerte.
Pues un ciudadano egipcio Maher El-Gohary de 56 años, que tiene una hija pequeña y que lleva 30 años siendo cristiano, ha decidido que quiere que su hija vaya a una escuela cristiana. Y eso solo puede hacerse si en su carnet de identidad figura que es cristiano.
La Ley en principio le ampara, pero quienes aplican la Ley se limitan a ignorarla. Este es el segundo ciudadano que intenta que en sus documentos identificativos figure su cambio de religión. El primero fue rechazado. Ahora el caso ha alcanzado gran relevancia. El-Gohary ha recibido multiples amenazas de muerte y vive escondido con su hija. Pero sigue con su pelea, a pesar de que una veintena de abogados islamistas se han personado en la causa para pedir la pena de muerte.
Seguiremos este asunto.
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