sábado, 10 de septiembre de 2011

El sapo del Gara

Recuerdo todavía el tiempo en que algunos compraban el Gara con la historia de que era donde había mejor información ciclista. ¡Qué dura decisión tenían ayer, en el periódico de la izquierda abertzale, enfrentando su vocación ciclista con su naturaleza nacionalista radical!

Hoy han titulado en portada con Garaipena eta aldarrikapena elkarrekin heldu dira (El triunfo y la reivindicación llegaron juntos) que es algo así como aquello de Jaiak bai, borroka ere bai, con la que en el pasado se podían combinar las borracheras con las quemas de contenedores.

En la edición digital aparece como tercera noticia debajo con un tipo de letra mucho más pequeño y sin entradilla y en un sector secundario. La prosa del titular es ejemplo de redacción batasuna:
"El paso de la Vuelta vehiculiza la reivindicación en pro de Euskal Herria".
En Gara la figura de Igor Antón queda oscurecida por la "importancia" de la protesta.

Por supuesto que el paso de la Vuelta estaba trufado de pancartas pidiendo "Euskal presoak Euskal Herrira", las mismas que aparecen en el paso del Tour por el Tourmalet, pero las manifestaciones protestando por la "imposición de la Vuelta a España" fueron mínimas y ridículas. Un grupito en el alto de las Muñecas y otro en la meta de Gran Vía. A los de Gran Vía tuve ocasión de verlos, consiguieron que la visión de la meta estuviese bastante despejada, porque nadie quería ponerse a su vera.

La población bilbaína, cortes de tráfico aparte, estaba encantada de la victoria de Igor Antón y del retorno de la Vuelta. Los radicales no dejaban de estar desconcertados pues no sabían si alegrarse por la victoria de Igor Antón o entristecerse por la llegada de la Vuelta. Solamente los más sectarios gritaron "Independentzia" en vez de ¡Aúpa Igor!. Para ellos todo hubiera sido más fácil si el ganador hubiese sido alguien con apellido ruso o nacido en Andalucía.

La Vuelta se fue en época de atentados, hoy vuelve en un tiempo de esperanza y como signo de paz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Sapo y Sepo! ¡Vaya dos personajes!