Han pasado unos cuantos meses desde que Patxi López se convirtió en el Lehendakari de toda la ciudadanía vasca. Cuando tal cosa ocurrió, alguna parte de la sociedad se sentía inquieta, me refiero a parte de quienes se sienten nacionalistas vascos. Pronosticaban auténticas catástrofes.
Pero nada de esto ha ocurrido. No ha habido ningún cataclismo "nacional". No solamente siguen funcionando los trenes, la ertzaintza poniendo multas, sino que EITB continúa emitiendo programas horribles, se sigue apoyando al euskara y hasta los obispos han visitado al Lehendakari. Tenemos un gobierno "normal" y la ciudadanía así lo considera. Hasta lo ha tenido que admitir buena parte de la oposición nacionalista.
Como decía la normalidad también ha llegado a partidos que no son del gobierno. Basagoiti parecería que es de un partido diferente al que pertenecen Mayor Oreja, Iturgaitz o San Gil. Pero hasta el PNV parece cambiado. Con Ibarretxe dando clases en una ignota universidad de Puerto Rico y Urkullu pactando presupuestos por aquí y por allá.
Me siento contento. No porque me guste todo lo que hace este gobierno, sí porque siento que es un gobierno normal de un país que camina hacia la normalidad.
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