Ayer señalaba el caso de la página web falsa de Radovan Karadžić. Hoy quiero hablar del propio Radovan. Este Radovan que ocupa un lugar en el corazón dolorido de muchos ciudadanos de Sarajevo. No entraré en cuestiones profundas sobre el conflicto ex-yugoeslavo, tal vez porque me produce un cierto temor. Tampoco sobre las razones que, aparte de su elaborado camuflaje, han permitido que no le detengan hasta ahora. Me ocuparé de algo mucho menos importante.
Quiero comentar sobre las razones que le impulsaron a convertirse en curandero o dicho en romance políticamente correcto, a practicar la medicina alternativa.
Hay por una parte razones de tipo objetivo. Se trataba de combinar un profesión creíble con un aspecto despistante y en este sentido lo de curandero mola. Si uno se encuentra con un albañil con esas barbas puede pensar que se trata de un albañil poco corriente. Pero un sanador con barbas, imponiendo manos o mirando al iris, puede tener mayor eficacia que alguien de aspecto convencional. Así que digamos que la cosa estaba bien pensada. Pero un asunto es el aspecto y otra es el disfraz espiritual. Puedes tener aspecto de curandero pero eso no quiere decir que uno sea capaz de vivir de ello.
En este caso se ha demostrado que Radovan, participó en congresos, hizo contribuciones que sus colegas de profesión consideraron relevantes o al menos no les resultaban extrañas. De modo que lo que pasó es que Radovan se transformó realmente en un curandero auténtico. No era un impostor, practicaba la "medicina alternativa" de forma real. Y ¿Cómo logró la transformación? ¿Cómo, el asesino Radovan, pasó a predicar el amor y la meditación? ¿Ha sido un caso de reinserción? No sé contestar a estas preguntas, pero si sé que su personalidad de líder, unida a su formación de psiquiatra son dos componentes sobre lo que se puede construir un curandero. Ya se sabe que las enfermedades psicosomáticas son un porcentaje muy grande de todas las enfermedades y los curanderos alcanzan un porcentaje razonable de éxitos en este tipo de problemas. Pero ahora, para Radovan, ha acabado el periodo de vida feliz. Su pasado ha vuelto definitivamente. Ninguna técnica de meditación le podrá librar de ello
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