Si hay una persona que representa la gloria de Nicaragua esta es Rubén Darío. Su imagen está por todas partes, en las webs oficiales, en todos los despachos, etc ... Siempre vestido de embajador con un espadín como corresponde a su rango diplomático. Pues bien hace unos días robaron el espadín en el Museo Archivo que lleva el nombre del prócer y que está en la ciudad de León. Me es difícil imaginar mayor sacrilegio a la dignidad nicaragüense que un ataque a la figura de Rubén Darío. Ha sido una tremenda conmoción pero afortunadamente la policía ha hecho su trabajo y el espadín ha aparecido.
Pero esta historia del espadín expresa también la situación terrible del país. El espadín no estaba ciertamente protegido. El hurto no fue practicado por un ladrón sofisticado. Tal y como declaró el jefe de la policía, el comisionado Douglas Zeledón Largaespada estamos ante un delito cometido por delincuentes primarios, “conocemos que son consumidores de droga y licor".
Y lo peor. No es que pretendieran colocar el espadín en el mercado del arte o del coleccionismo. Su plan era venderlo en una chatarrería.
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