martes, 28 de abril de 2009

Recuerdos de Javier Ortiz

Yo no voy a hacer un obituario que ya lo dejó hecho el propio Javier. Pero me quedan muchos recuerdos y quiero ponerlos visibles.

Tal vez la experiencia más fuerte que compartí con él fueron siete días de comisaría y tres de Martutene en el verano de 1968. Cuando llegamos a la cárcel después del paso por comisaría nos sentíamos seguros, aunque no libres. Esto nos daba el relajo suficiente como para hacernos confidencias. Por ejemplo, ahí me enteré que él era uno de los autores de una revista (de las de multicopista) revolucionaria y en concreto de un artículo elogiando a Simon y Garfunkel. Desde mis posiciones ortodoxas le critiqué duramente acusándole de elogiar "música pequeño-burguesa".

Nunca olvidó esa absurda acusación y muchas veces nos reímos de ello. Por cierto aquella revista que se llamaba
Hitz
(de la que creo que salieron un par de números) era cualquier cosa menos una revista sectaria y cerrada.

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