viernes, 29 de mayo de 2009

Institucionalidad


Una de las carencias más importante de Nicaragua es la falta de institucionalidad. Las leyes existen en Nicaragua y no son malas, aunque a veces sean contradictorias. El problema es que no se cumplen y el aparato judicial encargado de hacerlas cumplir está totalmente controlado por los dos principales partidos políticos, de manera que como dicen los nicaragüenses se consigue que "el plomo flote y el corcho se hunda".

La democracia en Nicaragua ha consistido en el derecho de voto y en ocasiones en el derecho a elegir. Esto último no siempre porque en la historia de Nicaragua los fraudes han sido continuos. Pero una vez elegidos, los gobernantes han actuado siempre por encima de las leyes. Si algunos han sido prudentes en ocasiones, no se debe a que hayan tenido freno en la sociedad, si no a su voluntad más prudente que la de otros. Esto hace que el concepto de ciudadanía sea un concepto semifallido. Los nicaragüenses son mitad ciudadanos y mitad súbditos del gobernante de turno. Son ciudadanos, porque tienen leyes que les defienden, pero nunca saben si se van a cumplir. Son súbditos, porque el favor o desfavor del gobernante y su círculo pueden resolver y resuelven un problema en un sentido o en otro, aunque por otra parte se puedan utilizar recursos legales para seguir peleando.

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