sábado, 22 de octubre de 2011

El Gordo

Arnoldo Alemán es uno de los candidatos a la presidencia de la república. Su vida política viene de lejos. Ya en 1980 fue encarcelado durante 9 meses por actividades antisandinistas. Cuentan que estando en la cárcel murió su padre y no le dejaron asistir al entierro. Arnoldo lo vivió como una humillación. Durante la época sandinista, después de una estancia en Miami, continuó desarrollando actividades de oposición en el país. Esto le llevó a que unos meses antes de la llegada al poder de Doña Violeta Chamorro fuera elegido alcalde de Managua.

Después, tras su desempeño de alcalde. en donde hizo un visible trabajo de reconstrucción de la ciudad, todavía con cicatrices del terremoto de 1972, se presentó y logró ser presidente de la República. Su facundia y populismo le llevaron a alcanzar notables cotas de popularidad.

Sin embargo ya desde el principio, le rondan las sospechas de corrupción e irregularidades. Una vez de presidente necesita el pacto con los sandinistas para poder gobernar. Después de haber tenido una relación de enfrentamiento sin matices con los sandinistas, Arnoldo inicia un contradictorio camino de arreglos y peleas. La primera parte de su mandato tiene buenos resultados económicos, pero la racha de popularidad se corta con el Mitch. A lo largo de de su legislatura va aumentando su enriquecimiento personal y los escándalos de corrupción que culminan en la apropiación de fondos internacionales destinados a la mitigación de los daños ocasionados por el Mitch. En el 2000 Alemán y Ortega alcanzan un pacto constitucional donde se reparten las instituciones y en particular la judicatura. También acuerdan permitir que alguien pueda ser presidente con el 35% de los votos, disposición que favorece el acceso de los sandinistas al poder, caso de que los anti sandinistas se presenten divididos.

Dado que la Constitución no permitía la reelección, Alemán pasa sus últimos tiempos de presidente preparando un candidato "ad hoc", que le permita seguir gobernando sin ser el presidente. Elige a su vicepresidente Enrique Bolaños, un hombre ya mayor y de apariencia débil. Sin embargo ya en la campaña, Bolaños se despega de la imagen de corrupción de su antecesor. A la burguesía nicaragüense la figura zafia y corrupta de Alemán le empieza a resultar incómoda.

Enrique Bolaños gana con inesperada amplitud. Pero, desde el primer día, Alemán deja claro que es él, quien quiere mandar. Aunque ha dejado que alguien, de fuera de su estricto círculo de confianza, se haga cargo de la presidencia, sí ha controlado férreamente la lista de candidatos a diputados, donde figuraban desde su hija, un hermano, su suegro y dos sobrinos.

Ya un día antes de la imposición de la banda presidencial a Bolaños, Alemán muestra su liderazgo, imponiendo presidente de la Asamblea Nacional, despreciando al candidato de Bolaños. A partir de ahí se desata una lucha total entre el presidente y el expresidente. De repente, los sandinistas se hacen, en muchas ocasiones, los amos de la situación a pesar de ser minoritarios. Al tiempo, Bolaños pacta con los sandinistas que una jueza de su cuerda envíe a prisión al expresidente Alemán, cosa que consigue. Alemán está perdido, ahora tiene que pactar con los sandinistas para hacer que como cárcel tenga su hacienda y se convierte em un muñeco de Daniel Ortega. A partir de ese momento Bolaños gobierna como puede, porque Ortega junto con Alemán, encarcelado en su hacienda, hacen las leyes.

Para cuando se celebran las siguientes elecciones Alemán ha conseguido, a cuenta de unos certificados médicos falsos, poder salir de su hacienda y moverse libremente por el país, aunque formalmente sigue en un régimen mitigado de prisión. Su precio, conseguir que su partido, el PLC (Partido Liberal Constitucionalista), se presente sin hacer coalición con los otros sectores liberales. Arnoldo sabe que su partido no puede ganar, pero presentandose consigue facilitar la llegada de Daniel Ortega.

A pesar de que formálmente está en prisión, Arnoldo es invitado a la toma de posesión de Daniel Ortega. Arnoldo siente que sus desgracias han acabado y dice que
“el viernes se venció el plazo y se pagó la deuda, se enfrió la sopa y va a haber perros bebiéndola”
. Este críptico mensaje fue interpretado por muchos como algún anuncio sobre su inmediata libertad definitiva. Sin embargo la sopa siguió caliente hasta el 16 de Enero de 2009. Entonces, con ayuda de los sandinistas, un juez le anuló su condena de 20 años por corrupción. La cosa sucede poco después de las elecciones municipales de noviembre de 2008. En ellas, obligado por las circunstancias, va en coalición con otros liberales y se ve obligado a dejar Managua, el hueso más gordo a su enemigo Montealegre. No importa, colabora con los sandinistas para ocultar el fraude e impedir que el candidato con el que estaba coaligado, sin embargo enemigo, no alcance la alcaldía.

Ahora le siguen quedando negocios con los sandinistas. Desde tres causas pendientes que pueden ser resucitadas, hasta todo tipo de arreglos en la futura asamblea nacional. Se ha presentado como candidato para lograr que la oposición al sandinismo no se pueda presentar unida.


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