lunes, 31 de enero de 2011

Euskera de todos

Todavía recuerdo cuando, decir agur en Bilbao, era un signo de antifranquismo. Eran tiempos en que los hablantes y escribientes en euskera tenían autenticas dificultades, donde no había casi publicaciones escritas en euskera, ni radios, ni ikastolas, etc ... era un tiempo en que un euskaldun se podía encontrar con alguien que le espetase aquello de "hable usted en cristiano" remedando aquello de la inmediata postguerra de "hable la lengua del imperio". En aquellos tiempos y fuera de los ambientes donde el euskera seguía siendo una lengua viva, decir frases en euskera era como enarbolar una ikurriña. En esos casos el uso del euskera era más de carácter simbólico que de carácter comunicativo.

La llegada de la democracia abrió posibilidades para conseguir que el euskera ampliase sus capacidades comunicativas: televisión, radios, periódicos, enseñanza obligatoria, mejores oportunidades laborales para los hablantes de euskera etc ... Para muchos defensores del euskera el problema principal fue la extensión del euskera, de su conocimiento y de su uso.

Sin embargo este interés no dejaba de convivir, en mucha gente nacionalista, con un deseo de apropiarse del euskera como exclusivo. No digamos nada si el nacionalismo era el nacionalismo etarra que decía matar para la pervivencia del euskera y del pueblo vasco.

Recuerdo cuando un representante del PP Carlos Iturgaitz comenzó a expresarse en euskera. Era un euskera de euskaldunberri, seguramente no muy florido, pero desde luego le había costado muchas horas de trabajo conseguirlo. Pues no se crea que fue bien recibido. No era visto como un triunfo del euskera conseguir que, los miembros del partido que aparecía como heredero del franquismo, hablasen euskera. No se consideraba que eso era un camino para conseguir que, independientemente de su ideología, las gentes se comunicasen en euskera. Era mas bien visto como un ataque al euskera ¿Qué hace uno del PP hablando euskera? Era como si las palabras de Carlos Iturgaitz hiciesen perder al euskera su pureza, esa pureza de un idioma que supuestamente no contenía palabrotas. No es extraño pues que esta actitud apropiatoria haya desencadenado reacciones contrarias.

Pero al tiempo ha habido nacionalistas lúcidos que, guardándose parte de sus sentimientos espontáneos, han considerado que solamente despolitizando el euskera y modernizandolo, haciendo mejor literatura, haciendo que sea más práctico utilizarlo, haciendo que sea más atractivo puede ir para adelante. Sin embargo es interesante observar que el conocimiento del idioma haya aumentado de una forma muy importante y al tiempo, su uso entre hablantes, uso que es voluntario, no haya aumentado en la misma medida.

De hecho los mayores avances se han dado siempre en consenso. Fue en los tiempos de los gobiernos de coalición PNV-PSE cuando se produjeron las mayores decisiones en el camino de la normalización del euskera. Todavía recuerdo a Fernando Buesa y José Ramón Recalde dirigiendo la extensión del euskera en la educación, impulsando la normalización de las ikastolas en el sistema educativo vasco.

Ahora que hay un gobierno vasco no nacionalista se hacen más presentes los viejos fantasmas de la exclusividad. El PNV vuelve a utilizar el euskera como arma política. Criticarán la elección de Jon Juaristi como miembro del Consejo Asesor del Euskera por sus opiniones políticas, pero no podrán criticar su verbo euskaldun. Criticarán también una frase descontextualizada del Lehendakari haciéndole decir lo que no dijo, como sino fuese positivo para despolitizar el euskera que ETA desaparezca. Por supuesto no valorarán que se haya mantenido la financiación del euskera en tiempos de crisis económica, ni la puesta en marcha del instituto Etxepare, ni sus acuerdos con la Real Academia Española de la Lengua, ni la puesta en marcha de la enciclopedia digital, ni tampoco el acuerdo transfronterizo con Oficina Pública de la Lengua Vasca de Francia.

Una de las campañas de AEK decía algo así como "No basta con ser vasco, hace falta saber euskera" ahora parecería que la nueva consigna es "No basta con saber euskera, hace falta ser nacionalista".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Disculpe, pero de Jon Juaristi sí se puede criticar "su verbo euskaldun". Seguramente él el primero.