La entrevista demuestra que la cárcel es un lugar donde se puede reflexionar. Hay antiguos miembros de ETA que están dispuestos a plantearse en serio pasar página, asumiendo los costos que esto comporta. Habrá quien les diga que son unos derrotados y unos traidores. Es cierto que políticamente han sido derrotados, pero no lo han sido como personas: dicen lo que piensan. Saben que han asesinado y que eso no es gratis. Saben que acabar con la actividad armada de manera definitiva es solo el principio de una normalización de su vida. Saben que es una condición necesaria, pero no suficiente. Son realistas.
Cuando se dice que el proceso va a ser largo, que después de cincuenta años se necesita tiempo, pensamos que al hablar de esto no se pueden confundir los parámetros. Una cosa es cerrar el ciclo de la lucha armada y empezar a superar las consecuencias por él originadas. Eso hay que hacerlo cuanto antes, porque el conflicto de por sí ya se ha alargado y enredado demasiado. Y otra cosa es que se necesite tiempo para ir cerrando las heridas, para ir solucionando el problema de los presos y los refugiados, para ir avanzando políticamente.Recomiendo la lectura de la entrevista, se ven muchos matices interesantes.
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