No se si esta tienda bilbaina ha sido muy visitada por el presunto espía Tellería, pero resulta verosimil. El asunto de los espías del PNV viene de largo. En la segunda guerra mundial las gentes del PNV participaron en diversas redes de espionaje, una actividad casi natural en aquellos tiempos. Pero el caso es que terminada la guerra siguieron enganchados. La CIA los reclutó. La idea de que las fuerzas norteamericanas iban a desembarcar en las playas vascas era la recompensa esperada por los jeltzales. Sin embargo no se puede decir que la Agencia fuera muy leal con ellos. El caso Galindez ilustra de una manera muy trágica cómo la CIA abandonaba a sus agentes.
Aun después del tratado hispano-americano, por el que el régimen de Franco era aceptado en el mundo occidental, la base de espionaje de la CIA en el País vasco estaba compuesta por allegados o miembros del PNV, Así los norteamericanos eran informados de las actividades de comunistas, noticias que, en ocasiones, acababan en manos de la policía franquista.
Pero la democracia que hacia posible que la actividad política fuera abierta, no suspendió el deje cotilla del PNV. Ahora el instrumento era la Ertzaintza, que ha estado bajo control directo del PNV hasta hace poco menos de dos años. A nadie se le escapa que el PNV ha obtenido información privilegiada por medio de altos mandos de la Ertzaintza, que eran también miembros del PNV. Si algúna situación expresa de manera incontrovertible esta doble dedicación, es el caso de las escuchas de Garaikoetxea. en donde varios ertzainas de alto grado fueron condenados.
Con estos antecedentes es difícil de creer que el presidente del ABB no tuviera noticia de las actividades de su amigo y numero dos Aitor Telleria. Es curioso ver como los dirigentes del PNV incluído el Sr. Egibar se empeñan en hacer como si Tellería no existiera. Parece que una nueva mácula ha aparecido en su horizonte, pero ellos hacen como si no la hubiera. No sé que dirán los jueces, pues he aprendido a saber que no son del todo previsibles, pero algo "raro" rodea a la figura de Aitor Telleria.
Como curiosidad, se puede recordar que en la historia del País Vasco hay un espía de igual apellido. Se trata de Juan Manuel de Tellería (1). Nacido en Arrasate en 1779, en 1808 se puso en contacto con el general inglés Blake con objeto de en nombre de la Diputación, esta vez de Gipuzkoa, ofrecerse para sublevar la provincia. Ya entonces se utilizaban códigos como llamar al ejército español partidas de “vino”, a la guerrilla “sidra”, la infantería francesa “paja”, la caballería gala “hierba”, la artillería napoleónica “avena” y para la Diputación usar la identidad de un inexistente Silvestre Oteman. A pesar de que los ingleses mandaron 10.000 fusiles, no consiguieron la sublevación. Nuestro Tellería que seguramente ostenta el mismo apellido por casualidad, mantiene el mismo gusto por la criptografía ingenua.
(1) Espias vascos, Mikel Rodriguez Álvarez (200) Txalaparta
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