sábado, 4 de julio de 2009

El caso Zelaya

No hay ninguna duda que en Honduras las fuerzas armadas se han saltado la legalidad. Es interesante ver que, al contrario de otras ocasiones, hay unanimidad en la comunidad internacional, tal vez en algún caso con cierta hipocresía, para considerar lo sucedido como golpe de estado.

Curiosamente Obama, Chávez y Uribe coinciden en que lo de Honduras no puede ser. Tienen obviamente diferentes opiniones de Zelaya como político, pero todos consideran que eso no puede ser.

Ya han pasado los tiempos en que los gobiernos norteamericanos saludaban con alegría cualquier golpe de estado que desplazase a quien oliese a antigringo. Esa es una buena noticia. La cosa es más importante en tanto en cuanto se considere que Zelaya no tenía especiales buenas relaciones con Estados Unidos y que además los golpistas tienen grandes simpatías por USA, aunque tal vez menos por Obama. Es una buena prueba para la política exterior de Estados Unidos. ¿Apoyará a la legalidad democrática aunque no le sea políticamente favorable?

Si vemos la postura de Chávez o de Ortega el resultado es similar, pero el razonamiento es diferente. Aquí no se discute si es democrático o no, el asunto es que "Zelaya es de los nuestros, es del Alba". No puede ser de otra manera cuando Chávez fue un golpista y Ortega por ejemplo fue el primero que felicitó al gobierno de Irán por "sus limpias elecciones".

Quiero terminar este comentario citando a dos interesantes artículos. Uno de ellos es de Sergio Ramirez en La Nación de Costa Rica.
Torpes justificaciones. Las justificaciones legales de toda la trama son torpes. He oído al diputado Roberto Micheletti, nombrado presidente de la República por el Congreso Nacional después del golpe para suceder a Zelaya, que la acción se debió a la orden de un juez, impartida a los mandos militares. Imaginen el tamaño de la artimaña. Un juez que da un mandamiento a quien no debe, porque el ejército no tiene funciones de policía más que bajo un régimen ocupación, y menos puede ordenar a los militares que saquen de su cama a un presidente debidamente electo, que goza de inmunidad, y que lo extrañen del país, desde luego que el destierro no existe ni como medida preventiva, ni como pena, bajo la ley. Solo usar esta coartada es ya una vergüenza.

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En otro artículo de El Faro, periódico digital de El Salvador se relata una entrevista con el Coronel Herberth Bayardo Inestroza, principal asesor jurídico del Ejército hondureño.
¿Ve difícil que Zelaya vuelva al país?
Imposible. Si él es inteligente no va a regresar a Honduras. Ya Chávez dijo que no venía a Honduras y dijo por qué, y ustedes lo saben: dijo que tenía temor a un francotirador.

¿Y debería tener temor a un francotirador?
Cuando vino acá nos insultó a todos, y el gobierno lo permitió.

O sea, que sí debe tener miedo a un francotirador.
Debe tener miedo, claro. Porque nos faltó al respeto a todos. Nos trató de gorilas y todo. Yo no entiendo cómo un golpista puede tener moral de insultarlo a uno.

Zelaya hizo en Panamá un llamado al ejército. Les pidió que no se metan en un pleito político, porque perjudican al pueblo. ¿Qué tiene que decir a eso?
Ese señor es un mentiroso. Siempre tiene un doble discurso. Cree que puede manipular al ejército. Él creyó que podía manipular al ejército, y ese fue su error.

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De modo que como siempre la situación es complicada. Pero algo está claro: Los golpistas de Honduras son golpistas de verdad y mucha gente lo está pasando muy mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿que hacemos con esta noticia, la publicamos en el blog con la correspondiente condena ????

http://www.elpais.com/articulo/espana/grupo/desconocidos/incendia/caserio/padres/etarras/elpepuesp/20090717elpepunac_27/Tes