domingo, 20 de marzo de 2011

¿El que la hace? ¿La paga?

Me encuentro fuera del país, me refiero al nuestro, al paisito. Pero me llegan sus ecos a través de una linea de Internet lentísima e impredecible que hace que leer un artículo pueda suponer 10 minutos de impaciente espera. Son ecos además desvaídos, pues estoy más cerca de Libia que de la península.

Aun así lecturas como la de un artículo de El Correo El doble discurso del PNV con la corrupción me llevan a glosarlas. Me siento muy pesimista al ver la aparente permisividad social ante los conocidos hechos que relata el artículo. Cómo puede ser, que para mucha gente queden como irrelevantes situaciones como las que se pregunta el artículo.
¿Por qué importantes cuadros del partido crean a través de sus esposas empresas que luego son contratadas por la Administración para hacer trabajos que no aparecen? ¿Por qué esos mismos cargos jeltzales apoyan con inusitado empeño iniciativas privadas que chocan con la legislación vigente de empresas que luego contratan a las firmas de sus familiares por tareas que nadie puede probar? ¿Por qué se recopilan datos privados de adversarios y empresarios? Y así un larguisimo etcétera que Sabin Etxea sigue sin responder.
Es obvio que la ciudadanía tiene respuestas plausibles a estas preguntas, pero el PNV responde con una doble táctica: la tinta de chipirón de Urkullu y las patadas en la espinilla en el Parlamento Vasco.
¿Van a tener estas trapacerías consecuencias en la próximas elecciones? No lo sé, pero deberían tenerlas. A cuenta del asunto de Batasuna sus portavoces han hablado muchas veces dej concepto de profundización de la democracia. Me interesa el concepto pero lo veo de otra manera. Para mi profundización de la democracia es que los electores dejen de comportarse como hinchas de fútbol y lo hagan como ciudadanos. Creo que profundizar la democracia es conseguir que los votantes reaccionen con su voto con aquello de que el que "la hace la paga" y no con aquello de que "yo voto a los míos". No hay otra forma de combatir a la corrupción y en este caso el PNV "la ha hecho" y debería pagarla.

lunes, 14 de marzo de 2011

El vestido de lagarterana


Esto de Sortu está resultando un lío. Aquel que, hace pocos meses, dijo lo de
"hay más razones que nunca para la lucha armada, pero menos condiciones objetivas y subjetivas"
aparece en El Correo disfrazado plácidamente del la versón vasca de lagarterana: la sardinera.

La frase de Erkizia expresaba muy claramente cuál era el motor de los cambios de actitud de Batasuna: eso que en la jerga política marxista se llaman las "condiciones objetivas y subjetivas", que traducido al lenguaje de la calle quiere decir: eficacia policial y rechazo social (incluso entre los suyos).

Los jesuitas me enseñaron que la confesión no producía sus efectos salvíficos si no iba acompañada de arrepentimiento. Pero, ahí estaba la trampa, este podía ser sincero, llamado de contrición perfecta o ser simplemente provocado por el miedo a las consecuencias, al infierno, destino inevitable de la muerte en pecado. Este modo de arrepentimiento se llamaba de atrición o contrición imperfecta. Al arrepentimiento  la Iglesia añadía lo que consideraba más importante: el propósito de enmienda.

¿Tiene Sortu propósito de enmienda? Habría que señalar que el propósito de enmienda es un sentimiento relativamente frágil. Véase la conducta del fumador que decide abandonar  definitivamente su vicio con un sentimiento sincero. Sin embargo, resulta muy difícil juzgar los propósitos, pues se trata de intenciones y no de hechos. Las intenciones deben de ser vigiladas por la policía, pero mientras no se conviertan en actos o en intentos de actos, tienen difícil encaje judicial.

Gente que está impulsando Sortu recibe fuertes críticas de otros sectores de Batasuna. Parece patente que, al menos alguna gente de Sortu, desea actuar independientemente de ETA. La ley deja claro que, si alguien de Sortu "vuelve a fumar", va a ser desposeído de sus cargos. A mí me cae más simpático Tasio vestido de sardinera ¡Ojala que nunca se quite el disfraz!, que diciendo lo que durante muchos años ha dicho.